Álvaro Riva Rey*
30/07/2014 - Carta
abierta a mi compañero intendente:
Para celebrar “boliches en agosto” el Centro MEC de Florida
ha elegido un programa de primer nivel: Pitufo Lombardo y Lea Benssason.
Sorprende que venga Pitufo, porque Lea es vieja conocida pues estuvo vinculada
a un programa anual y, según informó el MEC, se presentó en varias localidades,
porque según el punto de vista que sustenta: eso es descentralizar.
Llevar hacia la gente del interior a los amigos de Montevideo
para que les canten es la forma de descentralizar que tiene la Dirección
Nacional de Centros MEC. Es decir: vengan, siéntense, así verán descentralizados
el espectáculo que nosotros les servimos en bandeja.
No parece ser esta la mejor forma para la “priorización de
actividades que generan procesos locales y departamentales”, como dice el
Director Nacional, Roberto Elissalde, a menos que Pitufo y Lea sean la forma de
promover los “espectáculos emergentes como parte de la política de inclusión y
redistribución, y por lo tanto el ‘empoderamiento’ de éstos ofreciendo a su
comunidad lo que consideran que hace bien: su arte”.
CENTROS CASI
Corría el año 2002 cuando desde la intendencia se promovía
la instalación de los primeros CASI que eran financiados por Antel y
administrados por la intendencia.
Gobernaba el país Jorge Batlle y Andrés Arocena era el
intendente de Florida y fue entonces cuando se iniciaron estos programas que
pretendían dar conectividad y acceso libre a Internet, en pequeñas comunidades
del interior.
Los Centros de Acceso a la Sociedad de la Información
nacieron en tiempos de “derechas conservadoras” -las mismas que no habían hecho
nada en cien años de gobiernos- y Florida tuvo los primeros en Cerro Colorado,
Prado Español, Casupá o 25 de Mayo...
¿Cuál era la idea? Dar acceso y conectividad en tiempos en
que el acceso era mucho más limitado que ahora y dejar las herramientas en
manos de la comunidad, descentralizando.
FUNDARON CARACAS
Y entonces llegó el Frente Amplio, a nivel nacional y departamental.
Y allí donde antes había un CASI pasó a haber un Centro MEC.
Misma estructura, misma idea. La intendencia pone y paga la
infraestructura, Antel paga las computadoras, los muebles y la conectividad y
los Centros MEC ponen el banner con su logo (primero) y a Pitufo y Lea
(después). ¡Perfecta fórmula de descentralización!
Y así se gestan la descentralización, precisamente desde
Montevideo, que es dónde saben cómo y de qué modo descentralizar al país.
Por eso es que Elissalde se vanagloria de tener las
actividades de “bajo costo”. Está claro: si los costos los pagan los demás...
Durante la administración Juan Giachetto los Centros MEC se
fundaron sobe los CASI, es decir: acertaron a fundar Caracas, ¡justo en el
centro de Caracas!
Así arrasaron con la obra de Arocena y su recuerdo y
procedieron a fundar lo mismo con otro nombre.
CUESTIÓN DE NOMBRES
Pero no es sólo cuestión de nombre. Se puede ser conservador
de dos formas: siéndolo de modo explícito o postulando cambios imposibles,
radicales, utópicos. Si no es posible cambiar todo, no se cambia nada.
Esta es una nueva: hacer lo mismo, con idéntica estructura,
proclamando haber hecho algo nuevo, quitándoles la independencia y controlándolos.
Pura y dura prestidigitación.
Mientras tanto el programa CASI (ahora los llaman Espacios
de Inclusión Digital –EID), sigue vivito y coleando, sólo que en Florida
perdieron sus edificios, estructuras y protagonismo.
Deberíamos terminar con esta farsa de la descentralización
centralizada de los Centros MEC, que mucho cuestan a la intendencia y poco
aportan a la cultura y honrar la memoria de Andrés Arocena, un “conservador de
derecha” con visión de futuro, auténtico espíritu descentralizador y muchas
ganas de ver a las pequeñas comunidades crecer libres e independientes.
Hagámonos un favor. Construyamos esos espacios de inclusión
digital como verdaderos centros cívicos, centros de acción social y ciudadana y
construyamos una red en homenaje y con el nombre de Andrés Arocena, que en
tiempos de Jorge Batlle comenzó en Florida esta revolución que otros –expertos
en poner nombres nuevos a cosas hechas- pretenden atribuirse.
Hagámonos, por favor y de una vez por todas, este favor.
(Publicado en El
Heraldo el 30/07/2014)
*Periodista, director
de El Heraldo y director de Cultura.
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