Álvaro Riva Rey*
“Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir”.
Joan Manuel Serrat
04/02/2015 - Ha comenzado
Carnaval y una vez más, como es propio de la cultura carnavalera, comenzaron
los debates, las imprecaciones y las acusaciones.
Como no hay carnaval que
no las tenga, haremos caso omiso a esa parte que le caracteriza acá y en todas
partes. El Carnaval, como el fútbol, tiene tres millones de entendidos que
sabrían cómo hacerlo mejor y otro tanto de intereses corporativos.
Cuando asumimos, en 2010,
el Carnaval no tenía presupuesto, era un carnaval infantilizado –donde los
conjuntos profesionales tenían más niños que adultos, y la mayoría de éstos
eran, a su vez, turistas del Carnaval, una especie de artistas zafrales que
comenzaban a hacer sonar sus tambores recién por noviembre o diciembre.
Había, además, una
comisión que supuestamente repartía un presupuesto que el intendente asignaba,
por resolución, un par de meses antes.
Éstos, a su vez, “pagaban”
unos adelantos que supuestamente servían “para empezar armarse”, es decir,
cambiar vestuarios que no cambiaban, comprar instrumentos que no compraban…
METAS CUMPLIDAS
Tener un presupuesto era
una meta. Se logró y hoy no “apoyamos” a los conjuntos de Carnaval: los
contratamos como a artistas, con IRPF incluido y todo lo que ello implica. Eso
es respetar los derechos del artista y reconocerles su dignidad y estatus.
Retirar a los niños, en
particular a las niñas de 14 años que desfilaban en el carnaval de adultos,
ocupando roles adultos, era una meta. Se logró: hoy tenemos un Carnaval de
Niños que atiende, especialmente, los derechos culturales y artísticos de los
niños.
Ofrecer un carnaval a la
altura de los que el púbico floridense merece era una meta. Se logró, entre los
mejores conjuntos llegan a Florida contratados por la intendencia.
LA CUSTIÓN PRESUPUETAL
Entendió el intendente
Carlos Enciso que hacía falta jerarquizar esta fiesta –del mismo modo que hemos
organizado otras, como Rock en Florida y Movida Tropical, cien por ciento
gestionadas por la intendencia- y por eso asignó recursos.
¿Con qué criterio? La
idea es que los floridenses podamos disfrutar de un “retorno” de hasta $ 100
por persona, es decir, un monto razonable por pagar sus impuestos y aportar a
la vida colectiva. El espectáculo es un premio, una gratificación.
Si suponemos que en el
departamento puedan participar 30.000 personas es razonable estimar un
presupuesto de $ 3.000.000.
Si son seis desfiles,
cinco espectáculos en el teatro de verano y un total de 65 espectáculos con
números artísticos en 22 localidades del departamento y 6 barrios de Florida,
bien podría suponer que para 30.000 espectadores alcanzan los de Florida
capital.
¿QUÉ FESTEJAMOS?
Las fiestas, y en especial
las populares, sirven para dar cohesión e identidad a la sociedad. Las fiestas
religiosas sirven a la identidad cristiana del mismo modo que las criollas a que
se unan los que disfrutan de las actividades ecuestres.
“Y hoy el noble y el
villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la
facha” dice Serrat en una definición sublima de la fiesta.
Y agrega: “Se acabó, el
sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada
cual”. Todos somos parte de esa fiesta que nos hace un colectivo y nos separa,
por un rato, del ser individual.
Todos con la misma
energía, compartiendo lo mismo y al mismo tiempo. Celebrando algo que nos
define como cultura y sociedad: el Carnaval.
De este modo logramos que
los floridenses vean en Florida (por entre $ 70 a $ 100 como máximo por
persona) espectáculos que sólo podrían ver viajando a Montevideo y pagando una
entrada mucho más cara.
¿Y LAS OENEGÉS?
Pero como no todo es
profesionalismo, como no todo el mundo aspira a tener un conjunto de artistas
profesionales, también atendemos a las organizaciones no gubernamentales que
hacen tarea social a través de la cultura carnavalera.
Por eso hemos apoyado a
Calle Real y Aníbal Piedrabuena, o a Los Pitufos y Élida Da Luz y otras similares,
especialmente de niños, que quieren tomar parte sin hacer de ello un negocio.
De eso se trata Carnaval.
Y según lo que entendemos de él, es lo que estamos haciendo.
*Periodista, director de El Heraldo y director de
Cultura.
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