Álvaro Riva Rey*
13/05/2015 - No es frecuente
que el debate político discurra por la cultura y eso, en alguna medida, se lo
debemos a la oposición política, que hizo un esfuerzo encomiable para que
ocurriera.
La presencia de
Carlos Barceló (Sociedad Anónima) en la campaña electoral, contra de la actual
administración, no hizo más que poner en evidencia un hecho: en Florida no hay
gente de la cultura que critique la gestión de cultura y si lo hace, debe ser
por motivos fundados. Al menos no hay quienes la descalifiquen como pretendió
hacerlo Sociedad Anónima.
No vimos ni
escuchamos ninguna crítica sólida al programa que pusimos en marcha al asumir,
ni tampoco escuchamos de un plan alternativo –salvo alguna cosa sobre la
importancia de “coordinar” con las políticas nacionales y una reivindicación de
los Centros MEC.
EMPEZAR POR EL PRINCIPIO
La cultura de
Florida es impensable sin algunos referentes de indiscutida talla.
Quien haya
seguido la trayectoria de Juan Carlos Ferrari, sabe que allí está el teatro;
quien haya leído ensayos de Hugo Riva, sabe que allí la literatura; Alberto
Cruz ha hecho investigación geográfica e histórica, como Alberto Lamaita o
Carlos Pérez D’Auria; Elena Fostik es un referente ineludible de la música; a
Mario Giacoya la plástica y Homero González el teatro (en Sarandí) y sólo por
citar a contemporáneos.
¿Hay política
allí? No debería. Son gente que trabaja por la cultura y el respeto por su
trabajo es lo primero.
No es concebible,
entonces, que habiendo tantos referentes (de todos los partidos) sólo hayamos
escuchado críticas importadas, de mercenarios que, como cualquier ciudadano
sensato sabe, busca contratos y el dinero donde sea que esté.
UN POCO DE RESPETO
La intromisión
es, de por sí, una violación al ámbito cultural local. Si había algo que
denunciar, si había violaciones a los derechos culturales de alguien, si había
persecuciones, ¿no debieron haber sido los artistas locales los que las
denunciaran?
Hemos tenido el
mismo respeto por Juanchino Curuchet y su obra como la que hemos tenido por la
de su padre, y escuchamos con la misma atención a Carmen Rocca como a Pola
Marizcurrena, a los hermanos Peña, a Enrique Berriel, Cono Barboza o el
recitador José Sobje.
Un día Brunilda
Santana, vecina de Casupá, nos reclamó atención y la atendimos, escuchamos a
Rafael Lima e Inés Ruiz en Cerro Chato, a Sonia Iris y Luz Fierro en 25 de
Mayo, Álvaro De León y Silvia Gervasini en Cardal, a Ludelmar Torres en Goñi,
Adriana Fourcade y Beatriz Cuenca en 25 de Agosto… Y podría seguir localidad
por localidad.
A todos con
idéntico respeto, a todos con idéntica atención. Porque todos están en la base
misma de la militancia cultural, provengan del partido político que provengan.
¿PUEDEN DECIR LO MISMO?
He dicho y
escrito ya que poseo una base de datos con detalles de artistas, gestores,
promotores, clubes sociales e instituciones culturales con más de dos mil
fichas generadas en cinco años de gestión.
¿Pueden decir lo
mismo? ¿Le importan estos nombres y estas caras? ¿Tienen idea que firmamos 160
contratos anuales con conjuntos locales? ¿Que esto le cuesta a la intendencia
$1.400.000 al año? ¿Que nunca hemos discriminado a nadie por ningún motivo?
Ni a Sociedad
Anónima ni al Frente Amplio le importó esto. Pero tampoco escuchó el
estrepitoso silencio que se generó desde los más remotos rincones del
departamento.
Ni en Florida
hemos faltado el respeto a nadie, ni lo hemos hecho en ninguna localidad del
interior.
¿Entonces? El
Frente Amplio dio muestras de una sordera que, sumado a su ceguera, lo minusvaloraron
del análisis político. Ni vieron, ni escucharon… pero hablaron y lo hicieron a
través de Sociedad Anónima.
Si lo hubiera
hecho, si hubieran escuchado, tal vez hubieran entendido que no malgastamos el
tiempo, que recorrimos, hablamos y oímos y de este modo hemos sentado las bases
para un sistema departamental de Cultura que la Administración Enciso (Parte 2)
llevará a cabo en los próximos cinco años, le toque a quien le toque hacerlo.
Porque como
decimos: la cultura #siguecontigo porque #PájaroSigue.
*Periodista, director de
Cultura.