Álvaro Riva Rey*
25/03/2016 - Luego de
haber despejado la Biblioteca Municipal de Florida y haber desarrollado un
programa que procura poner el libro en el centro de la escena, hemos logrado
instalar un Espacio de Inclusión Digital (EID) dentro de la Red USI, la misma
que actualmente comparten los Centro MEC del país.
La idea surgió cuando nos
relacionamos con la Biblioteca Nacional que estaba en tratativas con la
Fundación Beyond Access, dedicada a buscar contenidos más allá de la
conectividad y financiada por la Fundación de Melinda & Bill Gates.
Desde entonces trabajamos
en el proyecto, nos involucramos con él y compartimos con la BN y otras
bibliotecas del Uruguay la idea de formar una red de bibliotecas que, además,
sirvan como sede para proyectos de desarrollo social, estimulando la
capacitación en habilidades con la tecnología de la información y la
comunicación (TIC).
DESDE LA BIBLIOTECA
La semana pasada llegó a
la biblioteca el material destinado por Antel para la creación del EID local.
Concomitantemente el personal ha iniciado el proceso de capacitación y puesta a
punto, así como la adecuación del espacio físico, que deberá estar iluminado,
bien ventilado y decorosamente dispuesto.
El proyecto nació desde
la biblioteca, fue pensado desde esa perspectiva y elaborado según los recursos
con que la biblioteca cuenta. Postuló y ganó y por eso hoy es una realidad. No
vino por la gracia de nadie, ni por ninguna otra causa que no haya sido la
demanda propia.
Como hemos dicho antes,
la Biblioteca Municipal de Florida es la primera institución cultural del
departamento, sirvió como sede de otras que luego se desarrollaron desde allí y
tiene más de cien años de trayectoria.
El libro, de papel, es su
centro de acción.
REINVENTARLA DESDE ABAJO
Amenazada por las estas
nuevas TIC, la biblioteca padeció el abandono, la falta de inversiones y el
perjuicio de quienes daban su tiempo por fenecido.
Nada más lejos de la
realidad: mientras en el mundo desarrollado se empuja a la sociedad hacia
adentro de las bibliotecas y se invierte más en ellas, nosotros les certificamos
la muerte.
Hemos logrado detener la
caída. Hemos tomado medidas de emergencia para que se detuviera. Reparamos
salas una a una, iniciamos un plan de compra de ejemplares nuevos (una
biblioteca de novelas de uso popular) y lentamente la hemos puesto en el
escenario.
Al menos se discute y se
habla sobre su rol (y el de los libros) en el futuro de los floridenses.
ALGUNAS NOVEDADES
Este año, entonces,
arrancaremos con el nuevo programa.
Inauguremos la nueva sala
informática y sus cursos, habilitaremos espacios de uso múltiple,
homenajearemos a quienes promovieron la municipalización y a la poetisa y
pedagoga floridense nacida en La Cruz, Eloísa Pérez de Pastorini, cuya
biblioteca donó la familia.
También lanzaremos el
programa 2015 de itinerancia de la bibiomóvil, el Rincón Itinerante del
Cuento, que hará su gira por escuelas rurales del departamento.
Hoy la biblioteca tiene
un ambiente adecuado –ya no luce con el grado de abandono con el que lo encontramos-,
tiene una colección de novelas que antes no tenía, computadoras y un sistema
informático que permite inventariarlas y armar un padrón de lectores nuevo, que
ya tiene más de 120 inscriptos.
Tiene una Espacio de
Inclusión Digital y personal que se califica para gestionarlo; una biblioteca
infantil itinerante y libros infantiles, además de una colección que crece mes
a mes.
Alguna vez, desde esta
misma columna, hemos escrito anunciando que volveríamos con la biblioteca. Poco
tiempo después, no mucho, hemos vuelto.
*Periodista, director de El Heraldo y director de
Cultura.
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