Álvaro Riva Rey*
11/11/2015 - Ese martes a la
mañana, en el Palacio Legislativo, se lanzó públicamente el debate sobre un
Plan Nacional de Cultura, que lo que pretende es crear un sistema nacional de
cultura en el que tomarán parte el gobierno nacional y los gobiernos
departamentales, a través de los directores de Cultura, reunidos en la Red
Nacional de Directores de Cultura.
En el acto
tomaron parte la ministra de Cultura, miembros de ambas cámaras parlamentarias,
la Dirección Nacional de Cultura y la Red.
Se trata de un
primer paso para iniciar un debate que se pretende llevar hasta el más
recóndito lugar del país, porque la idea es que sea, justamente, nacional.
FLORIDA ESTÁ EN EL RUEDO
Hemos hablado
mucho sobre la centralización de la cultura, que se desarrolla fuertemente en
Montevideo y que tiene su correlato en las capitales del interior.
El problema es
que la institucionalidad y la profesionalización de la cultura avanzan
fuertemente en Montevideo, pero no con la misma fuerza en el interior, donde la
Cultura sigue interpretándose como un producto de consumo suntuario, propio de
las clases acomodadas.
Es difícil
instalar en el debate sobre la cultura conceptos tales como derechos
culturales, identidad cultural o patrimonio.
El camino que
estamos transitando es el del fortalecimiento institucional. En el trabajo para
el presupuesto quinquenal hemos insistido en estos dos temas: la consolidación
de instituciones culturales, la existencia como tales en el organigrama y un
presupuesto por programas para ejecutar.
ASÍ LO VEMOS
¿Cuál es la
visión? Un grupo de instituciones culturales fuertes, desarrollando sus propios
programas, dirigida por actores políticos sí, pero conducidos por gente
especializada.
En ese contexto,
¿cómo encaja la sociedad?
Si lo que
queremos es el desarrollo de las artes (escénicas, visuales...) deben existir
los espacios donde desarrollarlas, de allí las comunidades podrán expresar sus
identidades o sentimientos.
Nunca habrá
plástica si no hay un ámbito en el que pueda desarrollarse, exhibirse, compartir
e intercambiar, capacitarse o divulgarse.
EL DEBATE ESPERADO
Cuando recorremos
el interior solemos escuchar voces que piden espectáculos. Benéficos, de
entretenimiento, para clausurar cursos, para bailar... Está fuertemente
consolidad la idea de que “hacer cultura” es algo así como “llevar
espectáculos”.
Sin embargo y
poco a poco ha comenzado a extenderse la idea de que la cultura se protagoniza,
se actúa, se disfruta.
Un coro en Fray
Marcos, un taller literario en 25 de Mayo, un taller de plástica en 25 de
Agosto, un cuerpo de danzas en Sarandí Grande, un taller de tejido en Pintado...
públicos o privados, pagos o gratuitos, los movimientos culturales se extienden
para ser parte del paisaje y de la identidad local.
UN MARCO LEGAL
Un plan de
cultura significa un marco legal, como dijo la ministra María Julia Muñoz, un
marco jurídico que contemple y defina desde las industrias culturales hasta la
forma de asignar o acceder a los recursos.
Florida, como
muchos otros departamentos, está lejos en materia de institucionalidad cultural
por lo que aún hay un trecho que recorrer en cuanto a movimientos culturales
genuinos.
Pero como dice
Lao-tsé, y perdonen un lugar común propio de la sabiduría en modo redes
sociales (que también es cultura) “un viaje de mil millas comienza con el
primer paso”.
¡A caminar se ha
dicho!
*Periodista, director de Cultura.