Álvaro Riva Rey*
24/12/2014 - Cuando
Marcel Duchamp presentó, en 1917 en el museo de Nueva York, su obra “La
fuente”, consistente en un urinario que presentó como arte “readymades”,
provocó una revolución cuyas consecuencias se discuten aún hoy.
Sin embargo hay dos
cosas que nadie discute: que era Duchamp, un artista consagrado, y que era el
museo de Nueva York, un escenario artístico reconocido.
Si el urinario
hubiera estado en un vertedero –o expuesta en la vereda de un remate- nadie
hubiera discutido un mensaje artístico ni hubiera reivindicado siquiera la
condición de obra de arte.
El artista se
consuma en su templo y la obra sólo es reconocible como tal si está dentro de
él, ante los ojos de quienes reconocen el mensaje.
Aunque la idea
puede ser polémica en el mundo del arte aún existen estas dos condiciones,
incluso para las obras fruto del reciclado de los vertidos: si se expusieran en
vertederos, pasarían inadvertidas y podrían ser retiradas por recicladores para
reciclarlas, pero no precisamente como piezas de arte.
EL ARTE Y SUS TEMPLOS
Vaya este preámbulo
para explicar por qué hemos hecho tanto hincapié en los escenarios de la
cultura de Florida.
Crear un espacio
para el arte, como promover la escuela del arte –cosa que también es polémica-
han sido dos de las metas de esta administración Enciso, que es la que está
llegando a su fin y que merece un balance.
Hemos afirmado en
la necesidad de estos espacios, y por eso hemos creado el Museo de Artes
Visuales Ernesto Alexandro con sus dos salas: la dedicada a Juan Curuchet Maggi
y la dedicada a José Cúneo.
Y es en esa línea
que hemos insistido, también, en la creación de talleres y cursos. Aprender las
técnicas y conocer algunas estrategias del arte, formar públicos y crear esos
ambientes “especializados” es una de las formas que tiene el arte de romper con
las viejas formas del arte.
Nadie puede cambiar
algo si antes no lo conoce bien. Eso fue lo que hizo Duchamp.
CADA CUAL A SU JUEGO
La construcción de
los espacios ha sido uno de los objetivos y en eso estamos.
Devolver el Museo
Histórico a la historia y el patrimonio histórico, el teatro a las artes
escénicas –reivindicar su condición de espacio para la música, el teatro y la
danza-, la biblioteca para la literatura, un espacio para la música –la
Sinfónica como una escuela de música-, el Centro Cultural y el MAVEA para las
artes visuales… ha sido parte de esta concepción.
Y ahora tenemos por
delante el CEAF, el Centro para las Artes Escénicas, que esperamos empezar a
levantar en 2015, junto con alguna otra idea que está en proceso.
ESPACIOS Y GENTE
Lentamente,
también, han empezado a llenarse esos espacios.
Ejemplo de ello es
lo que ha ocurrido con el MAVEA, que hoy tiene un taller con más de 30 artistas
que este año expusieron más de 70 obras y un público creciente. Tenía que haber
un lugar para que la gente, los que pintan y los que aprecian el arte, pudieran
encontrarse.
Y algo parecido
ocurre con el Museo Histórico, el teatro, la biblioteca, la sinfónica,
todos en proceso de expansión, requiriendo más espacio para la gente.
Hemos afirmado en
más de una oportunidad que la administración Enciso fue la que más invirtió en
contenidos culturales en las últimas décadas y, al final, la que más invirtió
en infraestructura también.
Cinco años más en esta
línea de trabajo podrían contribuir a dar forma a esa visión, especialmente si
tenemos en cuenta que cada área debería ser la cabeza de un sistema
departamental: replicar los espacios y llegar cada vez más lejos.
Esa ha sido nuestra
idea, los protagonistas del arte y los ciudadanos serán quienes juzguen.
(Publicado en El
Heraldo el 24/12/24)
*Periodista,
director de El Heraldo y director de Cultura.
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