31 artistas y 70 cuadros

Álvaro Riva Rey*
13/08/2014 - Esta semana se exhibe en el Museo de Artes Visuales Ernesto Alexandro del Centro Cultural Florida una exposición de artistas plásticos floridenses, que forman parte del taller que en 2013 inauguró Roberto Cadenas.
31 artistas y 70 obras se reunieron junto a una multitud el martes 5 de agosto, para inaugurar la exposición y la Semana de la Florida, y la esperanza de iniciar un movimiento artístico propio, con el sello de Florida.
Trabajando semana a semana, el taller fue reuniendo a artistas y obras de un modo tan prolífico que, aunque me lo advirtieron varias veces antes, recién asumí una vez me vi rodeado de esas obras, esos artistas y sus familiares y amigos, que colmaron el auditorio y la galería de arte del Centro Cultural.
NUNCA PASA NADA
Nuestros primeros contactos con la plástica comenzaron a través de Galería Latina. Fue Pablo Marks el primero en acercarnos a la plástica.
Florida tenía una hermosa galería pero no tenía qué colgar a menos que fueran algunos emprendimientos individuales, de invitados o de artistas que piden sala. Había dejado de haber “escuela”, no había presupuesto, ni sala, ni gente, ni nada...
Así es que buscamos orientación en gente experimente y así que comenzamos a trabajar con Pablo, Mario Giacoya –un amigo que también nos ha dado orientación, impulso e ideas- y Roberto Cadenas, de cuya experiencia en los talleres del interior nos llegaron oídas desde Trinidad donde también hay amigos que transitan los mismos caminos.
Luego se inició el contacto con Sergio Álvarez Frugoni, artista y agitador, que en unas semanas coloreó esos sueños que parecían poco probables.
HAY QUE TENER FE
Al inaugurar la exposición del taller, rodeado por Sergio y Roberto, éste último dijo que para armar estos talleres “hay que tener fe” y aclaró que se refería a la fe en el sentido extenso, el más amplio posible.
Fe en la gente y fe en la capacidad creativa. Pero fe también en la capacidad de generar grupos capaces de tomar el arte como una herramienta para crecer como seres individuales, como colectivo, como sociedad.
Allí a la vista estaba aquello de la fe. Habíamos hecho lo correcto al confiar en la sólida convicción que Pablo tiene respecto del arte, la frenética creatividad de Mario, el bullente genio de Sergio, la afectuosa creatividad de Roberto. Con emoción lo decimos, con la misma que sentimos al vernos desbordados por las policromías floridenses que clamaban desde las paredes.
Gente de la fe más variopinta, convergiendo en la belleza y la estética creada por este conjunto de almas.
EL ORIGEN DEL OVILLO
Al asumir la cultura no tenía presupuesto. La Cenicienta en busca de su zapatito de cristal.
Ahora hay una galería funcionando, un taller generando arte y, por cierto, funcionarios asumiendo en sus trincheras. Porque tampoco esto sería posible si Ricardo Soba y María Luz Falero no hubieran sido parte.
Llevó tiempo, pero el Centro Cultural Florida –que en sus paredes alberga el Museo de Artes Visuales Ernesto Alexandro- alberga ahora un movimiento de la plástica que, muy probablemente se cruce con otro de la fotografía y que, por qué no soñar un poco, podría tener también otro para la cerámica.
Poco a poco, los esfuerzos que comenzaron tirando de la punta del ovillo, están empezando a dar sus frutos. Y eso, es lo que resulta emocionante.

(Publicado en El Heraldo el 13/08/2014)

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